Lejos del bullicio: descubre la belleza silenciosa de la costa oeste de Mallorca por la MA-10

Quien decide recorrer la costa oeste de Mallorca deja atrás los caminos trillados del turismo de masas y descubre una de las carreteras panorámicas más impresionantes del Mediterráneo. El trayecto está flanqueado por pueblos encantadores, calas escondidas y alojamientos con estilo que ofrecen justo lo que muchos buscan hoy en día: lugares de retiro con vistas, tranquilidad y ese encanto mallorquín tan especial.

Este artículo te lleva a descubrir algunos de los rincones secretos de Mallorca – lugares únicos donde la isla muestra su lado más silencioso y cautivador. Entre acantilados escarpados, olivos centenarios y calas solitarias de aguas turquesas, se revela una Mallorca menos conocida, pero aún más auténtica, con carácter y elegancia.

Punto de partida del roadtrip: Port d’Andratx

La ruta comienza en Port d’Andratx, un lugar que irradia lujo discreto: elegante, marítimo y lleno de atmósfera. Este pintoresco puerto natural atrae tanto a sibaritas como a amantes de los yates. Quienes se alojan en una de las elegantes casas de vacaciones de Casapilot disfrutan de tardes en la terraza, con vistas al mar, luz mediterránea y una copa de vino mallorquín en la mano. Desde aquí, la carretera asciende hacia la Sierra de Tramuntana y el paisaje se abre poco a poco. El camino se estrecha y, con cada curva, se revela un nuevo panorama: a veces el azul profundo del mar, a veces escarpadas paredes de roca o bancales cuidadosamente cultivados en las laderas. Miradores a lo largo del camino invitan a detenerse, respirar y simplemente disfrutar del momento.

Estellencs y Banyalbufar

Pronto aparece Estellencs, un pequeño pueblo que parece detenido en el tiempo. Sus casas se aferran a la ladera como si fueran parte del propio paisaje. Más al norte, se encuentra Banyalbufar, un lugar que parece construido casi en vertical sobre la montaña. Sus bancales cuentan la historia de siglos de agricultura y viticultura. La vista al mar abierto es espectacular. ¿Queréis estirar las piernas? Haced una breve parada en la Cala Banyalbufar, una pequeña cala de piedras accesible por carretera estrecha y una empinada escalera. La recompensa: agua cristalina, una vista maravillosa y, con un poco de suerte, casi total tranquilidad.

Parada en Valldemossa

La carretera continúa siguiendo el ritmo de las montañas y, tras algunos kilómetros tranquilos, se llega a Valldemossa, posiblemente el pueblo más famoso de la costa oeste. Con sus fachadas de piedra, su antiguo monasterio y sus callejuelas, parece sacado de otro siglo. Tomad un pequeño descanso, pasead por las calles adoquinadas y no dejéis de probar la famosa Coca de Patata de Valldemossa, que podéis encontrar recién horneada en casi cualquier panadería. A las afueras del pueblo también se puede visitar la finca de Son Moragues, con más de 700 años de historia, donde encontraréis el único aceite de oliva 100% mallorquín del mundo, así como mermeladas ecológicas caseras y ginebra artesanal.

Recomendaciones para comer:

Aire artístico en Deià

Un poco más abajo se encuentra Deià, un encantador pueblo de artistas que desde hace décadas atrae a creativos de todo el mundo. Esa atmósfera se refleja en sus pequeñas galerías, cafés y boutiques cuidadosamente decoradas. Este pequeño pueblo también merece una pausa: visitad la tienda gourmet Es Forn y llevad productos locales y delicatessen para el camino.

Recomendaciones para comer en Deià:

  • Café Sa Fonda – conocido por su música en vivo y su cocina sencilla en el corazón del pueblo
  • Restaurant Sebastian – restaurante familiar con cocina mediterránea y toques asiáticos
  • Balm Restaurant – tapas creativas y reinterpretaciones modernas de clásicos

Alegría mediterránea en Sóller

Después de Deià, la carretera desciende suavemente hacia Sóller, una ciudad llena de vida, color y aromas. Las majestuosas casas del centro son testimonio de la riqueza que en su día trajo el comercio de naranjas. Aún hoy, un antiguo tranvía recorre lentamente las avenidas sombreadas en dirección al puerto.

Es el momento perfecto para almorzar – en Sóller hay muchas buenas opciones gastronómicas. Aquí algunas recomendaciones:

  • El Petit Bistro – cocina mediterránea creativa en el corazón de Sóller
  • Re Organic– comida sana, sabrosa y sostenible elaborada con productos 100% ecológicos
  • La Romaguera Restaurant – un bar de tapas elegante con versiones modernas
  • Ca'n Llomona – pasta casera fresca con productos italianos seleccionados

También merece la pena visitar el Port de Sóller y pasear por su precioso paseo marítimo.

Fornalutx – La joya escondida en la montaña

Otro lugar destacado de esta ruta es Fornalutx, situado por encima de Sóller, en pleno corazón de la Serra de Tramuntana. Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, enamora con sus callejuelas estrechas, casas de piedra impecables y fachadas llenas de flores. Tómate un descanso en la Plaça d’Espanya, el encantador centro del pueblo, y disfruta de un café con leche acompañado de repostería recién hecha de la tradicional Panaderia de Fornalutx.

En el extremo norte del viaje: Pollença

El recorrido termina en Pollença, al norte de la isla. Con su casco histórico lleno de carácter, sus callejones estrechos y su animado mercado semanal, el pueblo combina tradición viva con calma mediterránea. El paisaje circundante se abre de nuevo – colinas suaves, bahías amplias y vistas que se extienden hasta el mar.

Para una pausa ligera, un café o una copa de vino, visitad Anima e Farina.

Recomendaciones para cenar:

¿Te queda energía? Corona el día con una escapada al Cap de Formentor – una península espectacular con acantilados impresionantes, calas solitarias y una puesta de sol inolvidable.

Consejos prácticos

🚗 Recomendamos alquilar un coche compacto con suficiente potencia para manejar las carreteras estrechas, sinuosas y en ocasiones empinadas.

🅿️ Está permitido aparcar en zonas marcadas en azul (de pago) y blanco. Las marcas amarillas indican prohibido aparcar.

Esta ruta por la costa oeste se puede recorrer perfectamente en un día. El trayecto dura unas 3 ½ horas sin paradas. Pero quien intente ver todo en poco tiempo, pronto notará que eso genera más estrés que disfrute.

Nuestro consejo: elegid los lugares que más se adapten a vosotros – ya seáis amantes de la naturaleza, curiosos culturales o buscadores de tranquilidad – y tomad el tiempo necesario para vivir cada uno con calma.

Para volver, podéis tomar la ruta rápida por la MA-13, que lleva aproximadamente una hora. Así podréis terminar el día con serenidad – llenos de recuerdos y quizás con la ilusión de descubrir la próxima joya escondida a lo largo de la MA-10.